martes, 12 de noviembre de 2013

El problema de tener la razón

Buenos días queridos lectores, esta mañana queremos compartir con ustedes una sencilla historia que nos dejo una gran enseñanza y nos recordó lo importante de:
1. Perdonar y no guardar rencor.
2. Ser cuidadosos al momento de reaccionar frente alguna situación de tensión. 

Comenzáremos con un frase...
 El perdón es algo divertido: calienta el corazón y enfría el aguijón.
William Arthur Waro

Un pasajero de tren en el vagón restaurante miraba el menú para el almuerzo. La lista incluía un sándwich de ensalada de pollo y un sándwich de pollo. Se decidió por el sándwich de ensalada de pollo, pero distraido escribió sándwich de pollo en la hoja del pedido. Cuando el mesero le trajo el sándwich de pollo, el cliente protestó enojado .
La mayoría de los meseros habrían hechado mano enseguida a la orden del pedido y le hubiera mostrado al cliente que el error era suyo. Este mesero no lo hizo así. En su lugar, pidió disculpas por el error, recogió el sándwich de pollo, lo llevó a la cocina y poco después puso el sándwich de ensalada de pollo delante del cliente.
Mientras comía su sándwich, el cliente revisó su orden de pedido y se dio cuenta de que él fue quien cometió el error. Cuando llegó el momento de pagar la cuenta, el hombre le pidió disculpas al mesero y se ofreció a pagar por ambos sándwiches. 
El mesero respondió diciendo: "No se preocupe. Todo esta bien. Me hace feliz saber que usted me ha perdonado por tener la razón".

Lo creamos o no, a menudo es más dificil recibir con gracia una disculpaa que expresarla. Debemos saber que tenemos que perdonar como dijo Jesús: "No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete" Mateo 18:22
Pero algunos de nosotros podemos perdonar con sinseridad y seguir proyectando un aire de superioridad impropio de un hijo de Dios. 
Si estas esperando a que alguien se de cuenta de que te debe una disculpa, tomaté algun tiempo para pensar en una respuesta que refleje un perdón genuino y permita que aquel que se equivoco sienta que ha recuperado tu respeto.
Al aceptar en un inicio la culpa y dejar que el pasajero descubriera su error, el mesero consigió dos cosas: le permitió al pasajero no perder su dignidad, recordandole ser más cuidadosos antes de culpar a otros, y creó una mejor atmosfera para todos en el vagón restaurante.

La próxima vez que las personas te culpen por lo errores que cometen, no te pongas a la defensiva, en su lugar busca una forma creativa para hacer bien las cosas. 



Así que, ¡tengan cuidado con lo que hacen!
»Si tu amigo te hace algo malo, llámale la atención. Si te pide perdón, perdónalo.

Lucas 17:3

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