Tuvimos la oportunidad hace unos días de subir la montaña El Ávila, ¿Has escuchado alguna ves de ella?, es el pulmón vegetal más importante que tenemos en la ciudad. Este espectáculo natural hermosea nuestra capital.
Caracas la capital de Venezuela esta ubicada en un valle rodeado de hermosas montañas. Al norte del valle se encuentra la parte central de la Cordillera de la Costa, una larga cadena de montañas que se extiende a lo largo de las costas de Venezuela. Este grupo de montañas conforman el Parque Nacional el Avila (PNA).
Una de las principales ventajas de este parque es su proximidad a la ciudad, el parque rodea literalmente todo el extremo norte de Caracas. Dentro del parque pueden realizarse actividades diversas, puede ser utilizado como lugar para entrenarse físicamente debido a sus pronunciadas pendientes, o recorrer sus caminos para entrar en contacto con su abundante naturaleza.
Personalmente siempre había querido hacer un recorrido a pie por este parque, y se nos presento la oportunidad. Teníamos un recorrido ideado por unos guías, sencillo y con poca exigencia física, es gracioso pero, muchos pensábamos que no lo lograríamos. Fuimos poco a poco caminando y superando nuestros propios limites. Vimos a Caracas de una forma tan diferente, un aire mucho más puro y un verdor inigualable. Casi parece imposible que en medio de una ciudad tan ruidosa exista un lugar como es que te lleve a un momento de calma.
En un punto del recorrido una de nuestras amigas compartió una reflexión con nosotros y creo que no pudo decirlo mejor, ella nos contó que mientras íbamos caminando, en el suelo estaban marcados la cantidad de metros que llevamos de recorrido. Todos sabíamos que en un punto llegaríamos al lugar de descanso que tanto ansiábamos. Mientras nos acercábamos al lugar parecían que los metros se alargaban y era más complicado, ella nos dio "Así es la vida ¿no?" y es tan cierto. Así es la vida...
Cada respirar de nuestras vidas nos puede dejar una enseñanza y este recorrido lo hizo, por lo menos conmigo. La vida es como subir una montaña, mientras más cerca estés de la cima más difícil veras llegar a la meta.
Llena de obstáculos y barrancos al igual que en la montaña, es la vida. También nos cansamos en el camino, la misma biblia lo dice:
"Aun los jóvenes se cansan, se fatigan,
y los muchachos tropiezan y caen;..." Isaias 40:30
Pero tenemos una esperanza:
"...pero los que confían en el Señor
renovarán sus fuerzas;
volarán como las águilas:
correrán y no se fatigarán,
caminarán y no se cansarán". Isaias 40:31
Todos tenemos un camino y muchos saben la meta donde quieren llegar, si no lo sabes aún, no importa pero, búscalo ahora. Sencillo no será, pero no olvides de disfrutar del recorrido, no olvides de voltear a ver la hermosa vista que Dios preparó para ti. En medio de la parte más exigente que debas pasar, jamás olvides disfrutarlo. Esto me recuerda una frase que es conocida ... puedes darte cuenta, que has perdido la Luna por andar contando estrellas.
Es el momento de cada uno empezar a subir su montaña, y luchar hasta llegar a la meta “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas”.
La vida es como subir una montaña, mientras más cerca estés de la cima más difícil veras llegar a la meta, pero detente respira, mira el panorama y continua, Dios esta contigo.
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