miércoles, 8 de agosto de 2012

¿Cuál es tu objetivo?

A nosotros no nos interesa lo que se puede ver, sino lo que no se puede ver, porque lo que se puede ver, sólo dura poco tiempo. En cambio, lo que no se puede ver, dura para siempre. (1 Corintios 4:18)

Una compañia se jactaba de que su crema contra el envececimiento podía "desvancer" las arrugas, y se le pidió que lo demostrara en  los tribunales. 
Los hallazgos comprobaron que la crema sí estiraba la piel, pero solo temporalmente. Al poco tiempo, las arrugas aparecían de nuevo. Millones de personas se tragan esas disparatadas afirmaciones porque creen en los mitos que hay detrás de ellas: que el proceso de envejecimiento es inaceptable y que es posible deshacerlo. El enfoque está en los efectos visibles -todo efímero- que desanima a los que confían en ellos. 
En 2 Corintios 4:16 Pablo hizo incapié en que la declinación física es inevitable. Dijo  Por eso, no nos damos por vencidos. Es cierto que nuestro cuerpo se envejece y se debilita, pero dentro de nosotros nuestro espíritu se renueva y fortalece cada día. Debido a esta renovación interna diaria, nuestro objetivo no tiene que ser las cosas visibles, que son temporales, sino las invisibles, que son eternas.

Cuando la eternidad es nuestro foco primordial, somos más capaces de reconocer la naturaleza temporal de nuestros problemas. Pablo refirió a la dificultad calificándola de "momentanea" y "leve" en comparación con el mayor peso de ganancia y gloria eterna que nos concede. 4:17 Nuestros sufrimientos son pasajeros y pequeños en comparación con la gloria eterna y grandiosa a la que ellos nos conducen. 
Esto no es simplemente otra afirmación disparatada, sino una promesa de la Palabra de Dios garantizada por SU PODER. ¡Eso si podemos creeerlo!






Los problemas terrenales se desvanecen
 a la luz de los goces celestiales .




Fuente: Nuestro Pan Diario, Edición anual 2012
Biblia versión: Palabra de Dios para todos 

No hay comentarios:

Publicar un comentario