EL MELANCÓLICO PERFECCIONISTA... Es un pensador "Hagámoslo de la manera
correcta"
1. DESEO BÁSICO: Perfección
2. NECESIDADES EMOCIONALES: Sensibilidad, Apoyo, Espacio, Silencio.
3. CONTROLA MEDIANTE:Cambios de ánimo
1. DESEO BÁSICO: Perfección
2. NECESIDADES EMOCIONALES: Sensibilidad, Apoyo, Espacio, Silencio.
3. CONTROLA MEDIANTE:Cambios de ánimo
De seguro, conoces, o eres esa persona reflexiva, amante del arte y que cambia su estado de animo constante y rápidamente pues ojo ese temperamento es el MELANCÓLICO.
El melancólico tiene el
temperamento más rico de todos. Es un timo analítico, talentoso, perfeccionista,
abnegado, con una naturaleza muy sensible. Nadie disfruta más del arte que el
melancólico. Por naturaleza tiende a ser introvertido, pero como predominan sus
sentimientos, lo caracterizan una serie de disposiciones de ánimo. A veces lo
elevan a las alturas del éxtasis que lo llevan a obrar en forma más
extrovertida. Sin embargo, en otros momentos está triste y deprimido, y en esos
momentos se vuelve escurridizo y puede incluso, volverse antagónico.
El melancólico es un amigo
muy fiel, pero a diferencia del sanguíneo no hace amistad con facilidad. Pocas
veces se esfuerza por conocer a la gente; más bien se limita a esperar que
acudan a él. Quizás sea el de temperamento más confiable, por cuanto sus
tendencias perfeccionistas no le permiten hacerse a un lado a abandonar a otros
cuando cuentan con él. Su reticencia natural a tomar la delantera no es
indicación de que no le guste la gente. Como a todos, no sólo le gusta la gente
sino que tiene un gran deseo de ser aceptado por ellos. Las experiencias
desalentadoras lo llevan a rehusar a la gente por lo que parecen; por ello
tiende a sospechar cuando lo buscan o le hacen atenciones.
Su excepcional capacidad
analítica lo impulsa a diagnosticar acertadamente los obstáculos y los peligros
de cualquier proyecto en el que participa. Esto contrasta marcadamente con el
colérico, que pocas veces ve los problemas o dificultades, pero que confía en
que va a poder resolver cualquier crisis que se le presente. Estas
características a menudo hacer que el melancólico no quiera iniciar algún nuevo
proyecto o que se vea en conflicto con los que quieran iniciarlo. Cuando una
persona ve los obstáculos en lugar de los recursos o metas, es fácil que se
descorazone antes de empezar. Dicho de otra manera el melancólico es un
pesimista nato.
El melancólico suele
descubrir su mayor sentido de la vida entregándose al sacrificio personal. Con
frecuencia elige una vocación difícil, que requiera mucho sacrificio personal.
Pero una vez que ha elegido, tiende a ser sumamente metódico y persistente en el
cumplimiento de la misma, y es mas que probable que realice grandes cosas si su
tendencia natural a quejarse del sacrificio que significa no lo deprime hasta el
punto de hacerlo abandonar totalmente.
Toda vocación que requiera
perfección, abnegación y creatividad es adecuada para el melancólico. La mayoría
de los grandes compositores, artistas, músicos, inventores, filósofos, teóricos,
teólogos, científicos y dedicados educadores del mundo han sido
predominantemente melancólicos. La capacidad analítica necesaria para proyectar
edificios, concebir proyectos requiere el temperamento de un melancólico. Pero
también pueden ser artesanos de primera: carpinteros, albañiles, plomeros,
horticultores, científicos, abogados, escritores, mecánicos, ingenieros. Pueden
ser miembros de toda profesión que proporciona un servicio con sentido
humanitario.
DEBILIDADES DEL
MELANCOLICO
El melancólico es una
persona negativa, pesimista y critico. Las admirables cualidades del
perfeccionismo y la escrupulosidad conllevan con frecuencia la sería desventaja
del negativismo, el pesimismo y da un espíritu de critica. Normalmente, la
primera reacción de un melancólico ante cualquier cosa va a ser negativa o
pesimista. Este solo rasgo limita la actuación vocacional del melancólico más
que ningún otro. Apenas se le presenta una nueva idea o un proyecto nuevo su
habilidad analítica se enciende y comienza a imaginar toda clase de problemas y
dificultades que en su opinión podrían surgir al poner el proyecto en práctica.
Para la industria esto es una ventaja, porque mediante este rasgo el melancólico
puede anticipar los problemas y prepararse para ellos. Pero para él mismo es una
desventaja porque le impide largarse por su cuenta y sacar ventaja de su
creatividad.
Es raro que una persona predominantemente melancólica inicie un
nuevo negocio o proyecto por su cuenta; en cambio es fácil que sea utilizado por
personas menos dotadas pero de temperamento emprendedor. El melancólico es capaz
de experimentar el “arrepentimiento del comprador” antes de comprar la
mercancía, y no como los otros que la experimentan tiempo después.
Los melancólicos deben
luchar constantemente contra su espíritu de critica que proyectan hacía los que
lo rodean como hacía si mismo, razón por la cual suele sentirse sumamente
disconforme consigo mismo.
Egocéntrico, susceptible y
quisquilloso. El melancólico es más egocéntrico que cualquier otro temperamento,
pues todo lo interpreta en relación consigo mismo. Si, por ejemplo, se anuncia
en su trabajo alguna nueva disposición, inmediatamente reacciona alarmado
pensando que es a él al que quieren agarrar. Tiende además a compararse con los
otros en apariencia exterior, en talento, en intelecto, sintiéndose
invariablemente deficiente porque jamás se le ocurre que se compara con los
mejores rasgo del otro y hace a un lado sus puntos débiles.
Este rasgo de egocentrismo,
juntamente con su carácter sensible, hace que le melancólico sea muy susceptible
y quisquilloso por momentos. Se puede ofender a un melancólico con solo
mirarlo.
Vengativo y propenso a
sentirse perseguido. El talentoso cerebro del melancólico puede ser terreno
fértil para conceptos creativos y positivos, o la fuente de pensamientos
perjudiciales. Aun cuando no es tan expresivo como el sanguíneo o el colérico en
su enojo, es perfectamente capaz de alentar un rencor de ebullición lenta y de
larga duración que se manifiesta en pensamientos vengativos y en meditaciones de
auto persecución. Si se alienta esto por un tiempo suficiente el resultado puede
ser el que se transforme en un maniático depresivo o por lo menos que explote de
ira, de un modo que resulta enteramente distinto de su naturaleza normalmente
suave.
Las líneas negativas de
pensamiento hacer que le melancólico tome decisiones poco realistas. El noventa
y cinco por ciento de las veces su línea de pensamiento vengativa y opresiva
saca el problema fuera de toda perspectiva.
Temperamental, depresivo,
antisocial. Una de las características más prominentes del melancólico se
refiere a los vaivenes de ánimo. En algunas ocasiones se siente transportado a
tales alturas que obra como si fuese un sanguíneo y en otras, se siente tan
deprimido que quisiera deslizarse por debajo de las puertas. A medida que
aumenta en años aumentan los momentos de insatisfacción, amargura y depresión, a
menos que haya aprendido a auto-controlarse.
Legalista y rígido: Ningún
temperamento es tan susceptible a ser rígido, implacable e intransigente, hasta
el punto de ser totalmente irrazonable, como el melancólico.
Es el mártir natural de su
causa. Es incapaz de falsear la información en los formularios de impuestos o
cualquier otro. Es intolerante e impaciente con los que no ven las cosas como
las ve él; en consecuencia le resulta difícil formar parte de un equipo y con
frecuencia se desenvuelve sólo en el mundo comercial.
Impráctico y teórico. El
melancólico es un idealista por lo que a veces tiende a ser impráctico y muy
teórico por lo que le convendría someter siempre sus proyectos a la prueba de la
viabilidad y le conviene asociarse con personas de otro temperamento que se
complementen.
Visitanos mañana y conoce al último temperamento, EL FLEMÁTICO
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